Arcades, Maquinitas y Posetiaderos: La Era Dorada de los Videojuegos Retro

El mundo de los videojuegos está en constante evolución, siendo una de las industrias más dinámicas y lucrativas del mundo actual. Con el rápido avance tecnológico, las dinámicas de juego y las interacciones entre usuarios están en constante cambio. Desde las primeras arcades hasta los sofisticados juegos en línea de hoy, la industria ha experimentado una transformación sin precedentes en las últimas décadas.

Hoy en día, los videojuegos son una potencia económica global, generando ingentes ingresos a través de diversos modelos de negocio, como microtransacciones, DLC, skins y servicios de suscripción. A pesar de las críticas, estas estrategias han contribuido al crecimiento y la diversificación del mercado, permitiendo a las empresas adaptarse a las demandas cambiantes de los usuarios.

Sin embargo, esta evolución también ha traído consigo cambios significativos en la forma en que los jugadores interactúan entre sí. La tradicional experiencia compartida en las arcades y los juegos de pantalla dividida ha dado paso a una cultura de juego más individualista, donde la conectividad en línea y la experiencia en solitario predominan.

En este artículo, exploraremos cómo estos cambios han redefinido el concepto de comunidad en el mundo de los videojuegos, desde la nostalgia de jugar en el mismo sofá hasta las nuevas formas de interacción en línea. Analizaremos cómo estas transformaciones han afectado la experiencia de juego y qué implicaciones tienen para el futuro de la industria.

Consolas Free to Play, Retro Con en Francia.

Comencemos hablando del pasado, bueno, pasado para mí. Empecé a salir de mi casa para rentar juegos, claramente porque solo tenía un juego (Mario All Stars & Super Mario World). Y aquí es donde conocí el primer «posetiadero» de mi barrio: un lugar lleno de Super Nintendo, donde alquilaba cartuchos. Como dato curioso, el primero que recuerdo haber alquilado fue el Mega Man X. Tengo un vídeo en mi canal de YouTube sobre este clásico, por si desean verlo.

Blockbuster fue un famoso local de renta de películas y también rentaban videojuegos.

Alquilar era la opción más viable a mediados de los años 90, especialmente desde mi perspectiva como latinoamericano y colombiano perteneciente a la clase trabajadora. Los videojuegos eran un lujo, un lujo que mis padres solo me pudieron dar en un par de ocasiones. Por lo tanto, alquilar era la mejor forma de conocer múltiples títulos de videojuegos a un costo mucho más bajo.

Hasta aquí, seguía siendo una experiencia más o menos individual. Todo cambió para mí cuando llegó la nueva generación de consolas, la quinta generación, con el PSOne y el N64 (Ultra 64 para los «rucos»). Sin la posibilidad económica de conseguir una nueva consola y habiendo tenido el SNES apenas dos años antes, empecé a frecuentar un posetiadero donde tenían estaciones de juego disponibles para alquilar por tiempo. Desde media hora hasta el límite que tu dinero de prepuberto pudiera sostener.

Goldeneye 007 N64, en pantalla dividia.

En estas instancias, el posetiadero siempre estaba repleto de gente jugando y, claramente, de otros prepubertos observando. Juegos como el GoldenEye del N64, Mario Kart e incluso Mario Party abrían el espacio para que uno de esos prepubertos te hablara, y tú pudieras brindarle un control o él pudiera alquilar un control adicional para jugar hasta con 4 jugadores. Las primeras retas se armaron y hasta pequeños torneos comenzaron a surgir. Esta magia, que ahora solo se encuentra en eventos retro.

Como si de una ironía se tratara, no era común encontrar arcades o las clásicas maquinitas en un posetiadero. Estas eran más comunes en panaderías, droguerías o tiendas de barrio, y usualmente eran SNES modificadas. Pero eso es otra historia.

Seguramente lo mandaron por el pan.

El cambio más significativo y la gran ventaja de los posetiaderos fue la disponibilidad de copias de seguridad de videojuegos. La accesibilidad abrió nuevas oportunidades y los posetiaderos proliferaron, dando inicio a una era de oro en estos negocios. Todo era sencillo: conectabas el televisor, insertabas el juego y a disfrutar. Juegos como Gomito58, el popular fútbol Winning Eleven y emocionantes experiencias de un solo jugador como Resident Evil, motivaron a que adquiriéramos nuestras propias memory cards para no perder nuestros avances en la liga master o al derrotar al Nemesis.

Y si te atorabas con un jefe o no sabias como resolver un acertijo. seguramente había alguien que podría ayudarte, un poseto que se sabia todos los combos.

LAn Party Halo 2.

El punto más álgido llegó cuando la conectividad local surgió y comenzó la era de Xbox, y por supuesto, de Halo 2. Nunca se experimentó un momento tan vibrante para el juego en comunidad local como en esos principios de los años 2000. Las retas de equipos, las partidas a muerte, capturar la bandera; era todo lo que deseabas disfrutar en una tarde de tu adolescencia. Pero todo cambió con la llegada de la séptima generación de consolas. El 360, a pesar de sus funcionalidades locales para jugar con Halo 3, no tuvo ese boom debido a sus numerosos problemas técnicos, lo que poco a poco lo hizo menos rentable para los dueños de los posetiaderos. Muchos de sus usuarios migraron a PC y, claramente, al auge del internet de alta velocidad. Con ello, el sentido de comunidad se fue desvaneciendo, al igual que la caída de las revistas especializadas en forma física. Poco a poco perdieron fuerza por varios años hasta su total aniquilación debido al confinamiento por culpa del COVID-19.

Ahora nos encontramos en la era de Roblox y Fortnite, donde las dinámicas cambian y, aunque añoremos el pasado, haber estado allí fue una experiencia maravillosa, tanto es así que hoy seguimos jugando. Es por eso que nos emocionamos al encontrar eventos dedicados a las arcades, o que llevan masivamente videojuegos.

Quiero concluir este artículo con una pregunta: ¿Disfrutas los videojuegos de la misma manera?

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